Hace ya tiempo que desde compartirwifi.com no traemos un tema de reflexión sobre la el mundo del blockchain, el Bitcoin y la cripto economía.
Esta última semana ha sido nefasta para la cotización del Bitcoin, que el criptomoneda referencia del mercado, llegando a desplomarse más de un 15% en pocos días. De repente han surgido dudas y comentarios negativos sobre esta criptomoneda y su posible aplicación en el futuro económico mundial.
Sin embargo, parece que el precio está tratando de recuperarse del desplome y volver a coger impulso. Es por tanto, en este momento, en el que aprovechamos para plantear la reflexión de si la tecnología Blockchain favorecerá el impulso de la nueva economía en un periodo de tiempo no muy lejano.
Nueva economía basada en Blockchain
Actualmente, vivimos en una economía impulsada por el mercado internacional y centrada en los beneficios. Sólo hay que ver cómo las empresas se centran en tener mayores márgenes y alcanzar mejores resultados año tras año.
Dentro de esta economía, las empresas han adoptado una serie de nuevas técnicas para ampliar su alcance y maximizar su riqueza, tanto si para ello tienen que deslocalizar la producción, como si lo que tienen que hacer es reestructurar las plantillas. En estos momentos hay más mercados que nunca, más opciones de producción y, gracias a la globalización, menos restricciones a la expansión.
El Blockchain, y por ende su tecnología, a día de hoy puede no casar perfectamente con las expectativas económicas actuales, pero las economías, como todos sabemos o podemos ver al analizar el pasado, son dinámicas y cambiantes. No obstante, hay que admitir que la forma en que los consumidores percibimos el valor de los productos y servicios está experimentando un cambio hacia el uso compartido y la co-utilización. Tal y como se puede comprobar día a día con multitud de servicios, Internet y las nuevas tecnologías están impulsando modelos de consumo alternativos basados en la economía colaborativa. Algunos ejemplos son Uber, Cabify, Airbnb o KickStarter.
La ventaja de estos nuevos modelos es que, dentro de las economías compartidas, los recursos se intercambian entre pares en lugar de ser comprados a los vendedores tradicionales. Sin embargo, creo que la clave está en hacernos la siguiente pregunta ¿cómo se puede garantizar la confianza en este nuevo sistema económico? Debido a su naturaleza descentralizada y transparente, es ahí donde los sistemas maduros de cadenas de bloque podrían ser una solución. El Blockchain, por lo tanto, podría utilizarse dentro de una economía que dependa de activos compartidos. Y aunque hoy en día la economía colaborativa todavía no representa un porcentaje muy elevado del pastel, sí que es cierto que cada vez está empezando a arraigar con mayor fuerza.
Por todo esto hay que pensar que el Blockchain terminará de estimular el surgimiento de la economía compartida, mientras que la economía compartida terminará fomentando la adopción del Blockchain.
¿Ayudará esta tecnología a luchar con la erradicación de la pobreza?
Lo primero de todo, hay que saber que para poder erradicar la pobreza del mundo, todos los habitantes del planeta que se encuentran en esa situación deberían de tener acceso a los bienes más fundamentales. Generalmente, las zonas de mayor pobreza coinciden con zonas rurales y agrarias de muy poca rentabilidad.
A ello se une que son zonas desbancarizadas (a las entidades financieras no les interesan estos colectivos porque no son rentables), por lo que los habitantes no puede tener acceso a dichos medios. Al no tener acceso a financiación, nunca podrán salir de la pobreza en la que viven y que se va trasladando de generación en generación. Por ello, está claro que la inclusión financiera tendría enorme importancia a la hora de ayudar a reducir la pobreza ya que las personas podrían tener libertad para ahorrar y poder utilizar su dinero de la forma que considerasen más apropiada.
Aquí entra en juego la tecnología Blockchain, que podría resolver, o por lo menos ayudar logrando romper las barreras del dinero y dando acceso universal al mercado de financiación. Para ello, todos los actores tendrían que ganar.
El dinero, todos sabemos que se encuentra en los países desarrollados. Por ello, la tecnología Blockchain tendría que dirigir esos capitales desde el mundo desarrollado hacia el mundo subdesarrollado. ¿Cómo se podría hacer? Con Smart Contracts que pusieran en contacto de manera directa a ambas partes de los dos mundos opuestos en los que viven, de tal forma que ambos actores ganasen.
Los agricultores de las zonas pobres podrían acceder a financiación directa que les permitiría cultivar las tierras, y cuando tuvieran la cosecha, podrían devolver esos préstamos recibidos. Todo ello quedaría reflejado en la Blockchain y se utilizaría para que esos mismo participantes pudieran tener un perfil “financiero” que pudiese acreditar su comportamiento en el pasado.
Porque está claro que la gente pobre no puede acceder a financiación en gran parte del planeta, y que esa situación de pobreza les coloca a los pies de los caballos a la hora de que las organizaciones financieras se puedan fijar en ellos porque “no son rentables”.
Además, un registro en el Blockchain podría probar las posesiones que tengan o vayan consiguiendo (tierra de cultivo, pequeña vivienda…) y así servir para que pudieran tener un perfil económico básico.
Por todo esto, el futuro de la tecnología Blockchain es espectacular. A corto plazo costará mucho cambiar el chip y creer o empezar a tener en cuenta esta nueva vía de «negocio sostenible» que se puede dar aprovechando las fortalezas y las sinergias que ofrece la tecnología. En un mundo cada vez más conectado, será más fácil la implantación de sistemas de este tipo dado que la clave de todo ello radica en Internet.