Poner a buen resguardo nuestro hogar solía ser demasiado caro hace algunos años. Muchos de los dispositivos de vigilancia tenían unos costes bastante elevados. Además, para instalar muchos de estos elementos era necesaria la presencia de un electricista, lo que aumentaba el coste considerablemente. Afortunadamente, ya no es el caso, ya que ahora hay muchas cámaras WiFi conectadas que proporcionan una solución relativamente barata para supervisar un hogar o negocio desde fuera. Este es el caso de la cámara DropCam Pro, cuyo dispositivo, aunque no sea relativamente nuevo, sí que es fácil de instalar y usar. A ello hay que sumar el precio, que para las prestaciones la sitúa en un lugar competitivo frente a sus rivales más cercanos.